lunes, 18 de diciembre de 2017

Que decir en la Nochebuena.
Por Antonieta B. de De Hoyos                            dic./23/17
   A veces no sabemos que decir antes de la cena de Nochebuena, son esos momentos en que la indecisión nos llega por el temor a hacer el ridículo con los ahí presentes, que no comparten la formación religiosa que provoca dentro de uno, el deseo de elevar el espíritu en tan especial ocasión.
   Por eso muchos procuramos alejarnos del barullo, unas horas antes y asistir con devoción a la  misa del Niño Dios, con el propósito de recordar lo sucedido hace tantos años en el Portal de Belén, momentos muy bellos en los que se vive con mayor intensidad la fe y donde podemos compenetrarnos con la divinidad, en la Eucaristía.
   Es inútil querer acallar con el materialismo el apremio humano de alabar a Dios, impulso que se multiplica en esta fecha, cuando a las almas les urge ser bendecidas.
   Fue este estado de ánimo el que me llevó a buscar en el internet, algún mensaje acorde a la ocasión que pudiera compartir con mi familia. Encontré muchos, pero yo quería algo sencillo y enternecedor, algo que engrandeciera el acontecimiento y nos condujera aunque fuera por unos instantes, a una profunda reflexión personal. La mayoría eran muy extensos y otros contenían fechas bíblicas, por eso opté por elegir las frases que más me gustaron y elaborar yo misma la siguiente oración que les comparto…
   “Dios Padre: esta noche aquí reunidos en familia, queremos pedirte que el Niño Jesús nazca también en nuestros corazones, para que de esa manera podamos compartir con otros, el amor que Tu nos ofreces cada día.
   Gracias Señor, por bendecir a las familias de nuestros hijos, nuestro hogar y a cada una de las personas con las que convivimos. Bendícenos en esta noche tan especial en la que tenemos la oportunidad de prepararnos nuevamente, para recibir con amor, alegría y esperanza lo que nos tengas destinado.
   Esta noche al ver el pesebre, pensaremos en las familias que no tienen techo, alimento, comodidad; te pedimos por ellas para que pronto encuentren abrigo. Es cierto que vivir no es fácil, pero sabemos que contando con tu presencia y sabiduría, nos sentiremos más seguros de no abandonar el sendero, que al final nos lleve a Ti”. Amén.
   La energía divina llega, cuando se goza la auténtica nochebuena, es una fuerza única que nos conduce a recordar que solo amando a Dios y a nuestro prójimo, podremos encontrar la verdadera hermandad que apura a la humanidad. Lo maravilloso es que volveremos a sentir en nuestro corazón, aquel intenso calorcito cómo cuando éramos niños.


¡Esta noche sin excepción, Jesús nos bendice a todos!

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