viernes, 6 de noviembre de 2015


Mamá y ama de casa de tiempo completo.

Este segundo domingo de noviembre se celebra el día del ama de casa en Piedras Negras, tiempo especial para recordar su invaluable labor en bien de la sociedad. Es una lástima que en las últimas décadas la tecnología y la globalización de las ideas, hayan insensibilizado tanto la vida familiar, razón por la que hoy se necesita firmeza de carácter para preservar el amor, la fidelidad, la entrega y la relación con Dios en el matrimonio. Lo bueno es que a pesar de falsedades, tentaciones y contrariedades, la madre y ama de casa de tiempo completo, continúa vigente en este tercer milenio. 

Pero, ¿qué hace esta mujer todo el día en su casa? Yo sé lo que hace porque fui y sigo siendo ama de casa, me consta que este agotador oficio, exige el conocimiento empírico de varias profesiones sin pago alguno y poco reconocimiento. Recuerdo que mis quehaceres empezaban al amanecer y se terminaban entrada la noche y si quedaba algo pendiente el sueño se me dificultaba. 

Todo lo que pasa en casa, lo solucionamos rápido y sin ayuda: los berrinches de los hijos, los raspones, torceduras cortadas y chipotes, los pleitos a la hora de la comida, la rivalidad entre hermanos, hasta el llanto desesperado del bebé. Hay ocasiones en que sentimos que las fuerzas se acaban y el trabajo no termina, es como un círculo vicioso; comprar alimentos, prepararlos, tratar de que los coman, limpiar el tiradero en el piso, lavar trastes, organizar la cocina y en tres horas volver a lo mismo, algo así como el cuento de nunca acabar, yo limpio tú ensucias, yo recojo tú tiras.

Jamás, tenemos un tiempo de privacidad, por lo regular comemos de pie mientras servimos, por eso cuando llega el desaliento nos preguntamos si vale la pena tanto esfuerzo, a la vez que imaginamos a las amigas que trabajan fuera, disfrutando una tacita de café. No podemos evitar llorar (por dentro), cuando el esposo llega cansado a casa y se recuesta en el sofá, justo cuando ansiamos un relevo. Hacemos milagros con el gasto diario, pero nunca sobra nada para nosotras, es ahí cuando añoramos la independencia económica que disfrutábamos en la soltería.

Solo otra madre y ama de casa, sabe lo que es estar a cargo de varios niños en desarrollo, veinticuatro horas diarias los 365 días del año, labor que se multiplica en la medida que crecen. Esperar un fin de semana de asueto o un horario de salida es una quimera.  Eso de ¡Gracias a Dios es viernes¡ no va con nostras, porque aunque no haya clases los días transcurren igual.

Dios en su misericordia, nos otorgó un poder sobrenatural para sobrevivir hasta que los hijos salen en busca de su destino y el esposo se jubila. Es entonces que contactamos a las amistades relegadas, nos levantamos tarde, vamos al cine, de compras, al salón de belleza, charlamos con el esposo. Nos sentimos plenas porque no desistimos en la misión, nuestra relación con Dios es excelente. Lo único que empaña este gozo es el no tener la vitalidad de aquella juventud, para servir como quisiéramos a nuestros nietos.

Antonieta B. de De Hoyos       7 /11/15
 

 

 

 

 

 

 

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