sábado, 24 de mayo de 2014


“Obediencia perfecta”.

Esta vez se trata de una película mexicana, que se estrenó el día primero del mes en curso en una gran cantidad de salas en el Distrito Federal y varias ciudades del país; cuyo tema principal es la pederastia. Es un pasaje en la vida de un sacerdote y su relación con los jóvenes internos de un seminario, muchachos que en un momento de su corta existencia sienten en su interior la vocación religiosa.

Y aunque no se especifica o no se involucra persona alguna durante el desarrollo de la historia, no se puede evitar que el público lo relacione casi de inmediato, con el terrible suceso protagonizado por el tristemente célebre Padre Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo.

El actor Juan Manuel García Bernal, protagonista de la cinta, admite con absoluta sinceridad que es creyente y que respeta mucho a los sacerdotes y a la alta jerarquía católica, y que si aceptó intervenir en este proyecto fue porque está convencido  de que la historia no lleva como finalidad provocar el morbo en el espectador, aunque ya de por si lo inspira, sino para prevenir a los padres sobre los peligros que acechan a sus hijos menores y lo trascendente de su función como custodios.

Mientras le escuchaba mis ideas y sentimientos revolucionaban dentro de mi cabeza,  pero poco a poco, al ir comprendiendo sus atinados razonamientos, mi mente se fue despejando de arcaicos fanatismos. Me di cuenta que no estaba tan errado. Su propósito  estaba bien fundamentado, deseaba  llegar a la conciencia de los espectadores,  despertar  en ellos la imperiosa necesidad de educar en la sexualidad y en el respeto al prójimo.

Aunque son pocas las escenas comprometedoras, no son explicitas ni insolentes, lo que si resulta fuerte es su mensaje, porque nos obliga como sociedad a reconocer que por negligentes, la miseria humana nos ha  rebasado.

En un momento de serenidad sería bueno recordar, ¿desde cuándo aceptamos como normales las conductas inmorales que hoy a diario enfrentamos y que degradan a la familia?.

¿Desde cuándo permitimos la entrada al hogar, a los medios de comunicación que incitan a la perversión?. La pornografía por más que dicen que la combaten, está al alcance de todos, sin importar la edad y sin buscarla.

Ésta es una película que presenta solo una, de las muchas facetas del abuso sexual. En este mismo momento alrededor del mundo, en el lugar menos imaginado, alguien está cometiéndolo, destruyendo una vida que difícilmente logrará superar la experiencia.

Los malos ejemplos, la educación deficiente y la ausencia de Dios, es el terreno fértil para que germinen abusadores, los  que al llegar a adultos pululan por las calles desempeñando un oficio o profesión.

Dejemos de juzgar y condenar, cuidemos y hablemos claro a nuestros hijos, enseñémoslos a protegerse, despertemos su intuición, su instinto de conservación y  elevemos su autoestima haciéndoles ver la dignidad que poseen como hijos de Dios.

Antonieta B. de De Hoyos                                    5/10/14

No hay comentarios: