Fueron
años inolvidables.
Por
motivos administrativos, el afamado espacio radiofónico “Desde la Frontera” salió
del aire, razón por la que todos los que colaborábamos semanalmente en este
evento, nos vimos de manera inesperada en reserva temporal o definitiva.
No
sé por qué, pero cuando se es joven, en lo que menos piensa la persona es en el
transcurrir del tiempo, casi nadie le da su merecido valor hasta que, con la
gracia de Dios se disfruta de una edad mayor, es entonces cuando sentimos la necesidad
de cerrar los ojos y regresar a través de los recuerdos, a los años idos.
Este
periodo de descanso involuntario, me sacó de la rutina y provocó en mí un dejo
de nostalgia, que me condujo a evocar el momento en el que me presenté ante el Sr.
Don Claudio Bres Medina a solicitar su autorización, para difundir la
metodología de la superación personal en su prestigiosa radiodifusora.
La
verdad es que hoy me siento muy satisfecha de mi labor y sonrío interiormente, porque
estoy segura que si alguien en aquel tiempo, me hubiera advertido de la gran
responsabilidad que representa, el hacer uso de un micrófono sin tener la
preparación como conductora, apoyada solo en las habilidades y conocimientos
obtenidos en la profesión de educadora de jardines de niños… probablemente
nunca lo hubiera hecho.
Pero
la intrepidez y el espíritu de servicio a la comunidad no conoce límites, ahora,
ha diecinueve años con siete meses de
distancia, no me arrepiento de haber realizado esta tarea, porque para mí fue y
será por siempre, el más bello apostolado de mi vida.
Desde
niña fui muy curiosa, me gustaba investigar, preguntar, sacar conclusiones, por
eso el dedicar horas enteras a buscar información en el internet o en los libros,
para mí fue un enorme placer. Me entusiasmaba mucho la idea de compartir lo
aprendido y de seguir aprendiendo para enseñar, al grado de que no me importó
relegar en frecuentes ocasiones los compromisos sociales.
Durante
quince años conté con la presencia de mi hermano el Lic. Eduardo Barrientos, para
difundir mes tras mes la literatura, las artes y la cultura en general; creo
con firmeza que su influencia despertó en el oyente, el gusto por la lectura y
ennobleció su existencia.
En
este breve paréntesis en lo que todo puede suceder, me adelanto para agradecer a
todos aquellos que de una u otra manera me ayudaron con sus mensajes, sus
puntos de vista, pero sobre todo con sus palabras de aliento, a continuar mi
camino en este hermoso apostolado de los lunes en la radio.
Desde
siempre he sabido que todo tiene un principio y un fin, si este ha llegado
daremos vuelta a la hoja. ¿Para donde voy? Para donde Dios quiera, Él es mi
guía, yo solo espero sus instrucciones…pero por lo pronto a todos ustedes
¡Gracias! ¡Muchas gracias!
Antonieta B. de De Hoyos octubre 8/13
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