El
secreto está en dormir bien.
Hace
unos días, leí un libro titulado “Dormir, soñar y amar” escrito por Marina
Palmer, investigadora sobre el desarrollo humano y la cultura del buen descanso
físico, mental y emocional. Como coincidencia yo también investigaba, pero acerca de la necesidad de
disminuir en la sociedad la violencia intrafamiliar, social y laboral, tan
acentuada en estos días.
La
autora recomienda aprender o retomar los hábitos de un buen descanso, porque
dormir es la otra parte de nuestra vida en la que nos conectamos con Dios. Las
horas invertidas en el descanso brindan salud, bienestar y un estilo de vida saludable. El desconocer
las ventajas de dormir bien, nos ha llevado
a una práctica de desvelos innecesarios, que nos impiden recibir los
beneficios tranquilizadores de la noche.
Todos
sabemos que durante el sueño, el organismo recupera las energías físicas,
mentales y emocionales, indispensables para rendir bien durante el día. Desde
el punto de vista espiritual, cuando soñamos recibimos los mensajes secretos
entre el alma y Dios sin interrupciones externas. Pero, el alma no puede descansar si la
contaminamos con preocupaciones, odio, dolor, tristeza y malos pensamientos.
Por eso es importante que antes de dormir, hagamos una pequeña meditación y sin
importar la religión que se practique sintonizarnos con la protección de Dios,
de Jesucristo, la Virgen o Santo de devoción. Acción verdaderamente positiva
para el alma, que además logra borrar de nuestra mente toda mala intención.
El
tiempo de oración que dedicamos a Dios, es energía pura que se regresa a
nuestra vida con todas sus bendiciones, habituarse a orar al amanecer y al
anochecer es algo que el alma agradece. En muchas ocasiones el espíritu se ve
afectado por una baja autoestima, hábitos alimenticios desordenados, grandes
consumos de azúcar, adicción al alcohol o tabaco, depresión, ver programas
nocivos en la televisión hasta altas horas de la noche.
Es
necesario para que nuestro descanso no se interrumpa, recurrir a la acostumbre
cristiana de persignarse antes de dormir. La señal de la cruz es poderosísima para la
protección y permite un buen descanso, ejemplo invaluable que debemos dar a los
pequeños.
Cuando
sientas temor o tengas pesadillas, persígnate inmediatamente esto refuerza tu
campo de protección y serena tu sueño.
Termina tus oraciones con la señal de la cruz. Al decir “Por la señal de la santa cruz (traza una cruz
en tu frente) De nuestros enemigos, (una cruz en tu boca) Líbranos Señor, Dios nuestro (una cruz en el
pecho). En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, (una cruz de la
frente al pecho y de izquierda a derecha). Amén” (besas la cruz).
Quienes
viven con sentimientos de dolor, enojo, miedo, son personas enfermas,
inseguras, quejumbrosas, de piel marchita, inclinadas a la agresión. Dormir
bien hace un día excelente, lleno de optimismo, de amor a Dios, a nuestros
semejantes y también disminuye la
violencia.
Antonieta
B. de De Hoyos
4/10/13
No hay comentarios:
Publicar un comentario