miércoles, 19 de octubre de 2011

La ignorancia nos ha robado la intuición y la visión.
El lunes cuando regresaba a casa en mi automóvil, encendí la radio y cambié de frecuencia buscando buena música, fue entonces que escuché las voces de un hombre y una mujer. Eran personas maduras que pasaban de los treinta. ¿Que como lo supe? Pues por el tono de voz, por lo “juveniloide”, por el uso exagerado de majaderías, por inducir al “reventón”, pero sobre todo por su deseo de aparentar menos edad; desafortunadamente, estos espacios en la radio se han vuelto comunes gracias al apoyo de empresarios sin escrúpulos. En charla de sobremesa me enteré que ésta es una franquicia extranjera y que por la noche la programación es más atrevida.
Esa tarde frente a mi computadora me puse a cavilar sobre lo sucedido. Recordé  cada una de las frases que esta pareja pronunció en esta emisión fuera de serie, donde la responsabilidad se minimiza.  En los escasos minutos que tuve la suerte de escucharlos ya que estaban a punto de terminar su programa, se mofaron y con bastante saña, de la decisión que tomó el presidente municipal de la ciudad de Guanajuato, respecto a la prohibición de besarse en la vía pública. Enseguida describieron y recomendaron las diferentes y atrevidas formas de besar que ellos mismos han y siguen disfrutando, en donde les place. Como corolario, invitaron al radioescucha a practicar el sexo porque es un deporte saludable, que lo hicieran con y donde se les antojara, eso sí con la protección debida.
Esta sugerencia dejó demostrada la falta de intuición y visión futura de los conductores, es decir su ignorancia, característica que podría significar el perdón terreno y celestial, porque de lo contrario, el hacerlo con fines de lucro los colocaría en el apartado de conductores reprochables. Todos sabemos que hay de besos a besos y de caricias a caricias, unas propias para compartir y otras para la privacidad.
No debemos olvidar que mis derechos deben ser respetados pero que estos terminan, cuando comienzan los tuyos que yo debo respetar. Regla de oro que al difundirse cotidianamente, ayudaría a disminuir la violencia dentro y fuera de los hogares. (Por cierto el guanajuatense solo buscaba publicidad barata).
Prosigamos: el sexo no es deporte, es una relación de amor, de intimidad, que no se tiene con cualquiera y a la hora que sea, el tomarlo a la ligera nos colocaría de nuevo en la etapa primitiva. Pero aceptemos lo que estos locutores dan por hecho: ejercitarse y protegerse. Entonces ¿Por qué aumentan los casos de SIDA, embarazos, abortos, muertes pasionales, robos, drogas, corrupción, etc. entre adolescentes y jóvenes? ¿A quién le resulta saludable el sexo como deporte?  
Comunicar es una ocupación de gran responsabilidad que debe  ir abalada en el conocimiento, profesionalidad, ética y experiencia personal; estas últimas la mayoría de las veces, heredadas de los padres.
Lo imprescindible es la presencia de Dios, encomendarse a Él antes de proferir palabra para evitar que con lo dicho alguien caiga en el error. Ésta es la mejor aportación que el comunicador puede hacer a la sociedad de este  maravilloso y complicado tercer milenio.     
  Antonieta B. de De Hoyos.                 Enero 21/09.

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